Nava Issacharoff de Rubenzadeh
Argentina
Nava Issacharoff de Rubenzadeh nació en Jerusalén, en el seno de una familia de inmigrantes de Búcara, años antes de la creación del Estado de Israel.
Luego de completar sus estudios en educación y servir en el ejército, trabajó con inmigrantes que llegaban para poblar el país.
Conoció a Daniel y formaron una familia en Argentina. Tuvieron dos hijos, Ariel z”l y Shiri y tienen dos nietas, Keila y Mila.
Las vicisitudes y vivencias que experimentó a lo largo de su juventud la marcarían para toda su vida y la impulsarían a actuar consecuentemente hasta el día de hoy.
Nava es cofundadora de la División Femenina en Argentina, creada en 1978, desempeñándose como su presidenta durante varios períodos.
Además, fue Vicepresidenta de la División Femenina Internacional de Keren Hayesod hasta que fue designada su Presidenta Internacional, cargo que ocupó de 1998 a 2003.
También fue miembro de la Junta Mundial de Fideicomisarios de Keren Hayesod y Gobernadora de la Agencia Judía para Israel hasta 2003.
Desde 2005 es Presidenta de la Asociación de Amigos de la Universidad de Ben Gurión en Argentina, llevando a cabo diversos proyectos además de participar en su Junta Internacional.
Nava ha recibido una serie de distinciones en reconocimiento a su labor, tanto en Argentina como en Israel.
En Argentina: el Premio Golda Meir por su participación comunitaria; el Premio AMIA por su compromiso con la aliá y el Premio CUJA (Campaña Unida Judeo Argentina) por su trayectoria.
Este año, el Ministro de Educación de la República Argentina la honró por su contribución a fomentar los lazos de amistad entre Israel y la Argentina.
Keren Hayesod la honró en diversas ocasiones, como Presidenta Mundial, como símbolo del León de Judea y con el Premio a la Excelencia otorgado por la División Femenina Internacional.
La Universidad Ben Gurión también le otorgó un merecido reconocimiento, el Premio Ben Gurión, por su contribución al desarrollo del Néguev.
Entre los muchos proyectos liderados por Nava, cabe destacar el proyecto familiar que se expande constantemente, como las escuelas Beit Ariel en Beer Sheva, que recuerdan la vitalidad de su hijo Ariel, z”l.
